LAZOS DE SANGRE 6
Una vez disfrutado el desayuno y
aseado, Linkshandige
se vistió y bajó al salón.
-Me llevo a Linkshandige para que me ayude con
las compras – dijo la abuela a los padres de Linkshandige.
Quizá una mañana en el centro comercial con su
abuela era lo que necesitaba para poner la cabeza en su sitio. Quería
preguntarle cosas a su abuelo pero no sabía como empezar.
-Abuela.
-¿Si, hijo?
-Podemos hablar sobre…
-¿Sobre los licántropos?
-¿!Qué¡?
-Si hijo. Lo sé, y si, existen.
-¿Pero por qué yo?
-Porque lo llevas en los genes. – Linkshandige
estaba perplejo. – Se puede contagiar a través del mordisco, pero tú
concretamente eres un hombre lobo por herencia.
-¿Quién de mi familia…?
-Tu abuelo.
-Entonces mi madre…
-No. Tu madre solamente tiene el gen dormido,
eso quiere decir que es portador pero no un licántropo. No afecta a las
mujeres.
-¿Cómo sabías que esa noche..?
-Porque aunque no eras consciente, cada luna
llena te transformabas. Tus padres también lo sabían.
-Esto es increíble – comentó Linkshandige sentándose en un banco.
-Sé que te va a costar asimilarlo pero lo
conseguirás. ¿Por qué crees que tus músculos se han definido y ya no necesitas
gafas? Solo necesitabas ser consciente de tu transformación para que el gen
pudiera actuar y mejorar tu forma humana. A tu abuelo también le pasó.
-¿Cómo pudiste sobrellevar todo esto?
-Porque mi familia también era cambiante.
-¿También eran hombres lobo?
-No…
-¿…Pantera?
-¿Cómo sabes eso? – su abuela se quedó
sorprendida.
-Nos transformamos siempre que ese grupo que te
dije que me molestaba se acercan.
-Y siempre en luna llena, ¿verdad?
-Si.
-La luna llena no os transforma. Se que lo estás
pensando. Solo os hace más sensibles a los cambios de humor. Lo que realmente
os transforma es el corazón, los latidos. Cuanto más rápidos son, más se
calienta la sangre y más rápido se hace la mutación.
-¿Eres una mujer pantera? – Interrumpió a su
abuela en seco.
-No. También afecta a los varones solamente.
-Pero, ¿también teníais esa lucha contra los
licántropos?
-Si. Siempre ha existido. Todo se remonta a los
orígenes de nuestras especies. Era un origen común pero por cosas del destino
las mutaciones cambiaron. Los hombres luchan por dominar la supremacía sin
saber qué especie era la original y las mujeres estamos siempre en medio.
-¿Pero cómo acabaste con el abuelo?
-Me salvó la vida aun sabiendo que era de la
especie rival. Ahí surgió el amor. Su familia me aceptó y la mía me desheredó.
-Tengo mucho que asimilar.
-Tranquilo.
Después de estas respuestas, la tranquilidad
comenzaba a inundar la mente de Linki. Se sentía más tranquilo, más relajado y
algo extraño. Todos sus sentidos se desarrollaban y salir al mundo real ya no
sería lo mismo. Olores nuevos, sonidos nuevos… enemigos nuevos.
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