LAZOS DE SANGRE 1
En Zaragoza, una preciosa
ciudad de España, vivía un joven holandés llamado Linkshandige, mejor conocido
como Linki. Se mudó con su familia a los diez años y desde entonces comenzó a
aprender el idioma del país aunque se le hacia bastante difícil debido a su
timidez. Lo que más le gustaba era la informática, el poder estar tranquilo sin
que nadie le molestara. Sus padres por el contrario, eran unas personas muy
sociales y alegres. Tenían mucha energía en el cuerpo y fuerte el carácter.
La universidad era
especialmente dura, sobretodo si elegías como carrera Ingeniería Informática.
Tenías que estar todo el día en el ordenador, pensando y programando. Algunos
chicos de su clase quedaban de vez en cuando para tomar alguna cerveza y
comentar las clases, pero el carácter de sus compañeros era muy similar al suyo.
Las vacaciones de verano
estaban a la vuelta de la esquina y con ellas el baile de fin de curso. Incluso
en las universidades, aquel evento era todo un acontecimiento en tu vida social
que no te puedes perder. Todos tenían que llevar pareja, sino te tomarían como
un deshecho social. Las invitaciones entre estudiantes de varias carreras era
el único tema que se respiraba en los pasillos, vestuarios, laboratorios…
Una bonita noche de luna llena,
celebraron una fiesta en la playa. Fiesta de hermandad, o por lo menos así la
llamaban. Era una de las pocas fiestas en la que los empollones de Informática
podían relacionarse con otras personas como los de Veterinaria o los ángeles de
Educación Física, como los llamaban la mayoría de los alumnos. Eran unas
personas físicamente perfectas, hermosas, pero como todo el mundo tiene algún
defecto, también se hacía notar el gran egocentrismo que poseían.
-Hola Carla. – Linki se había
decidido a encontrar pareja para el baile y Carla era su vecina, una chica de
Educación Física bastante maja para pertenecer a ese grupo de snobs.
-Hola Linki, bonita noche,
¿verdad? – contestó con una sonrisa.
-Si, es preciosa. Me preguntaba
si te gustaría…
-Fuera de aquí, capullo. –
Jason, el “amigo” de Carla había aparecido delante de ellos. Era una persona
egoísta y bastante subnormal, según decían los compañeros de Linki.
-Jason, solo estábamos
hablando. – Carla era la mediadora entre ambos. Le gustaba Jason pero Linki le
caía muy bien y temía que su amor platónico le hiciera daño alguno.
-No quiero que este Friki
cuatro ojos se te acerque.
Sin esperar a que Jason
terminara la frase de insultos que le estaba dedicando, Linki se dio media
vuelta para alejarse de allí y volver con los de su clase, pero hubo algo que
le hizo pararse en seco.
-Eso, huye como tu familia huyó
de tu país, inmigrante.
Los que estaban allí cerca se
callaron mirando a Linki con cara de susto y misterio. Los amigos de Jason se
reían y los de Linki lo miraban preocupado. Fue entonces cuando el chico más
pacífico de la universidad se giró y acercándose a Jason le propinó un puñetazo
en la cara que le hizo salir disparado contra un árbol.
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