WOLVERINE VILLAGE 5
-Rápido, hay que curarle la herida. – Cassandra fue la primera en reaccionar –. Cintia, trae un barreño con agua caliente, Carlos, trae toallas limpias, James, tú trae compresas, Carlota, coge una manta, y usted señor, ayúdeme a poner a su sobrino en el sofá, al lado del fuego.
Cada uno fue rápidamente a realizar la tarea encomendada por Cassandra ayudada por todas las personas que observaban atónitos lo ocurrido. Después de tumbar a Darek en el sofá y ponerle toallas bajo la cabeza, le limpió la herida y destrozando la falda de su vestido medio mugriento le vendó la herida previamente limpiada, lo tapó con la manta y se quedó a su lado para cambiarle la compresa de la cabeza.
-¿Estás segura de que te quieres quedar toda la noche?
-Si, no se preocupe, yo cuidaré de su sobrino, además, usted necesita descansar.
-Está bien, pero si ocurre cualquier cosa, llámame.
La noche fue larga, los delirios de Darek constantes y la fiebre bastante agresiva. La herida empezó a cicatrizar bastante rápido pero el dolor no disminuía. En algún momento Darek abría los ojos, miraba a su alrededor y los volvía a cerrar. Por lo menos ya estaba fuera de peligro. Cuando amaneció y el tío de Darek apareció en el salón, Cassandra aprovechó para irse a dormir. Solamente le quedaba una hora hasta que el gallo más viejo del corral cantara para despertar a toda la servidumbre.
-Cassandra despierta – la voz de Isabela, una chica con la que congenió enseguida, la despertó.
-¿Qué? ¿Me he dormido? – se había sobresaltado.
-Si, pero esa no es la cuestión, tienes que venir conmigo. Nuestro amo te va a cambiar de aposento. Date prisa.
Pasaron el primer piso que era donde dormían todos los del servicio y subieron al segundo, un lugar bastante frío y silencioso. Allí dormían Darek y su tío, y desde aquel momento, también dormiría ella.
-Este es tu cuarto.
-¿Estás segura? ¿En la segunda planta?
-Si. Todas las habitaciones de la primera están ocupadas, además me han especificado que te preparáramos ésta. Anoche le salvaste la vida a… bueno, a todos. Es lo menos que podían hacer, sacarte de esa mugrienta mazmorra y dormir como un ser humano, en una cama blanda.
-Dale las gracias al tío de Darek... digo, de nuestro señor.
-No fue el quien tuvo la idea.
-¿No?
-No. Fue el propio amo quien me lo comunicó. Venga, dúchate y descansa. En el armario descubrirás bastantes vestidos más cómodos que ese que llevas, que por cierto, ya lo puedes tirar. Hoy tienes el día libre.
Lo que acababa de ocurrir era un acontecimiento que jamás había pensado que ocurriría. Darek siendo humano y agradecido. No se creía que a partir de ahora fuera a dormir en aquella habitación tan grande y cómoda. Después de dormir casi un año en una mazmorra, se había acostumbrado. Pero no se lo pensó dos veces y se dio un buen baño de agua caliente y espuma con sales de baño que encontró en una esquina de la bañera, lo mejor para el dolor corporal que acarreaba. Loción corporal al salir y crema hidratante repartida por toda la espalda, una espalda que al mirarse al espejo vio llena de cicatrices que aún no se habían curado, al principio recordó los latigazos que Darek le propinó una y otra vez, pero después se fijó más y descubrió que no eran cicatrices de un látigo, sino de una garra. Heridas infectadas, marcadas a fuego en su, cada vez más, blanquecina piel.
-Esto tiene mala pinta – se dijo para sí misma, pero sin darle mucha más importancia, puesto que no podía hacer nada, se quitó la toalla que le cubría el cuerpo y se metió en la cama para poder descansar, durmiéndose al instante. El contacto con las suaves sábanas causaba en ella un efecto relajador, como si una pelusa le recorriera toda la espalda, y cada una de sus cicatrices.
2 comentarios:
En el fondo soy buena persona
jajajaja claro... Darek / Jose Luis
tendría que haber puesto eso de... cualquier semejanza con el mundo real es pura coincidencia jajaja
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