Recuerdos de un Ánima 41

martes, 5 de junio de 2012


LA MORADA INFERNAL

El grupo de amigos que tenía en el instituto había madurado. Ya no eran chiquillos borrachos de dieciséis años, ahora ya tenían una carrera propia y trabajos magníficos. Acababan de pasar todos los treinta años y decidieron pasar todos juntos el fin de semana haciendo turismo.
-¿A dónde vamos a ir?
Era la pregunta que se hacían.
-A mi me apetece bañarme – comentó Aurora.
-Yo quiero montaña – añadió Roberto.
-Mirad, he encontrado algo que creo que os gustará a todos.
Andrés, el empollón del grupo, siempre encontraba la solución a todos los problemas de este grupo tan singular.
-¿Cuál?
-Mirad, aquí hay una casa rural con muy buen precio de alquiler, en la carretera de la ruta trece. Tiene lago, sendas, praderas y caminos para pasear.
-Perfecto, haz los trámites, nos iremos el viernes.


Todos mis amigos estaban preparados para pasar un fin de semana relajante, estrechar lazos y olvidarse de todas las preocupaciones que ocupaban sus cabezas. Paseos, baños, cervezas y la soledad relajante, sin coches que molesten, animales o cualquier otro incordio. La ruta trece era una ruta comercial antigua, sin asfaltar, con lo que la hacía casi fantasma. Nadie pasaba por allí. Perfecta para desconectar del propio infierno diario que era el trabajo y la vida rutinaria. Lo que no sabían era que el infierno estaba por comenzar.

Por cierto, mi nombre es Megara y esta es mi historia.

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