Colección halloween 2012

miércoles, 31 de octubre de 2012

































Recuerdos de un Ánima 75

lunes, 29 de octubre de 2012



Caretas 6

Al terminar la luna de miel, regresamos a nuestra casa para estrenarla como un matrimonio. El barrio era muy tranquilo con unos vecinos muy amables. Siempre estaban sonriendo y haciendo cosas por la comunidad. Antonio se preparaba para ir a su oficina. Seguía trabajando como arquitecto y yo me preparaba para ir a la mía.

- No te olvides de recoger los pasteles que encargué para la fiesta del barrio de esta noche – le recordé.
- No te preocupes.

Cogí las llaves de mi coche y salí de casa. Yo entraba antes a trabajar, de modo que Antonio recogía el desayuno y cerraba la casa. Mientras repasaba mentalmente la exposición que tenía a primera hora busqué el bote de vitaminas que me había encargado tomar el médico y me di cuenta que se me había olvidado. Estos días atrás había tenido pequeñas recaídas debido al estrés, probablemente y el medico me las mandó tomar.
-No fastidies… - tenía que regresar.
Antonio habría salido de casa así que estaría vacía, pero cuando llegué a mi garaje vi que su coche aún estaba ahí.
- Qué raro.
Entré en la casa y estaba toda patas arriba. Parece que había entrado un atracador. Las mesillas estaban volcadas, los colchones rajados y los cristales rotos. El suelo estaba manchado y lleno de casquillos de balas. Me estaba asustando.
-¿Cariño? – pregunté sin esperar respuesta preparándome para lo peor.
-Estoy aquí. – Su voz sonaba desde la cocina, me acerqué y vi a un compañero de trabajo de Antonio atado y amordazado en una silla.
-¿Pero qué es esto?
- Le han pagado por matarme.
-Antonio no digas tonterías – le quité el pañuelo de la boca  al hombre y fue cuando él lo confirmó.
-Si no lo hago yo lo hará otra persona.
-Tenemos que irnos – Antonio me agarró del brazo y salimos corriendo en mi coche, él conducía.
-¿Quieres explicarme qué está pasando? ¿Por qué te quieren matar?
-Alguien me quiere ver muerto. Ayer en el trabajo recibí la llamada de mi antiguo jefe y quería que volviera a trabajar para él. Seguramente sea él.
-¿Pero en qué narices estabas trabajando? – su conducción temeraria me estaba revolviendo el estómago.
-Era… asesino a sueldo.

Esto era increíble. Estaba casada con un completo desconocido.
-La noche que nos conocimos te lo quise contar pero te dormiste.
-Ah, y la culpa es mía ¿no?
-Pues si no roncaras tanto me habrías escuchado.
Unos disparos interrumpieron nuestra discusión que se había vuelto ridícula. El compañero de Antonio se había desatado y nos estaba persiguiendo. De la guantera de mi coche sacó Antonio un arma y con la mano izquierda comenzó a disparar mientras conducía con la derecha. Me estaba volviendo loca. No conocía a Antonio, no conocía a mis vecinos, mi vida era una completa obra de teatro trágico.

Recuerdos de un Ánima 74

jueves, 25 de octubre de 2012



Caretas 5

Al final decidimos contarle lo del matrimonio a mi padre. Antonio tenía más miedo que yo. Por una parte era hija única de una familia bien acomodada y mi padre siempre fue muy protector, por otra parte, Antonio se había quedado sin trabajo y era muy orgulloso para pedirle ayuda a mi padre. Una tarde quedaron en el club de golf para hablar.
-Así que quieres casarte con mi hija – comentó mi padre con una ligera sonrisa diabólica en la cara.
-Si, señor – contestó Antonio tan firme que parecía haberse tragado una escoba.
-¿Y como piensas mantener a la familia? ¿O es que esperas que te mantenga ella?
-Claro que no. En un par de días comenzaré a trabajar en una empresa de construcción como arquitecto. No es un sueldo lujoso pero nos llegará para los dos. A parte del de su hija, podremos vivir cómodamente.
-Mira. Antonio. No te voy a quitar el ojo de encima. No quiero que hagas sufrir a mi hija, que no le falte de nada, que no se estrese y que no la trates mal, si no, serás esta bola de golf. – Y después de estas palabras, golpeó la bola tan fuerte que se salió del campo.

-Prueba superada – contestó Antonio cuando llegó a la casita que tenía conmigo.
-¿Estás seguro? – pregunté.
-Sí.
-¿Y no te ha soltado ningún discurso?
-Prefiero no hablar de eso. – Sabía que sí, pero era mejor dejar las cosas así. Ya podíamos casarnos.

La emoción me inundaba. Todo eran preparativos para la boda de mis sueños y algo me decía que esta si que se celebraría. Mis padres me ayudaron a preparar todo ya que Antonio estaba liadísimo con el trabajo. El vestido era precioso, blanco, con mucho vuelo, parecía una princesita. Lo veía un poco caro pero, como siempre, la frase de mi padre fue:
-No mires el precio.
Todo era perfecto. Las flores, la iglesia, el banquete… Y la luna de miel, Miami.

Recuerdos de un Ánima 73

lunes, 15 de octubre de 2012



Caretas 4

Después de quedar en ocasiones temporales con Antonio, me volví con mi familia a España. Me había hecho ilusiones con ese chico, era guapo, bien formado, educado, cariñoso… Porqué no arriesgarme. Esta podría ser mi aventura, mi ocasión para empezar una nueva vida sin cambiar mi forma de ser.

Al fin descansaba tranquila en la urbanización familiar que teníamos en las afueras de Madrid. En unos días volvería a trabajar y necesitaba tener la mente despejada. Era la directora de una empresa de marketing y publicidad y la imaginación era imprescindible. Una tarde mientras leía una revista sentada en una hamaca del jardín recibí una llamada.
-Hola Ana.
-Antonio, qué agradable sorpresa.
-Tenía ganas de hablar contigo. – Me ruboricé.
-Yo también.
Seguimos así un rato y al final quedamos ese fin de semana. Le contaría todo lo que sentía por él aunque eso lo asustara. Estaba nerviosa, no sabía como plantear el tema, ni la cita. Peor por suerte todo me salió bien y aquella decisión hizo que comenzara una bonita relación, la cual nos llevaría a una proposición de matrimonio a los tres años. Solo había un gran riesgo mortal en todo el plan. Tener que pedir mi mano a mi padre.

Colección Liga de las leyendas

domingo, 14 de octubre de 2012























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