Morgan estaba en su último año de instituto y su hermano Peter empezaba la universidad. Gozaba de una beca deportiva ya que por su gran carrera deportiva en el instituto como jugador de fútbol americano la junta de la Universidad de Pensilvania se había interesado mucho en él. Los estudios no eran su fuerte pero mantenía las notas necesarias para poder realizar su deporte preferido. Al contrario que su hermano, Morgan era una chica flacucha y un poco enclenque pero un as con los libros. Varios clubes le habían enviado invitaciones para ingresar pero ella se centraba en sus estudios y en su blog sobre una de sus mayores aficiones, los hechos paranormales. Su tiempo libre lo dedicaba al blog y a la lectura y recopilación de información de todo lo relativo con temas sobrenaturales. Era una persona muy conocida en Internet, su página recibía miles de visitas diarias.
-Hola Peter, ¿cómo ha ido el día en la universidad? – preguntó Alice, la madre, al verlo entrar por la puerta.
-Bien mamá. Hoy he hecho las pruebas para entrar en el equipo; si me aceptan tendré posibilidades de entrar en una hermandad.
-¡Qué bien! – Expresó emocionada - ¿y ya has pensado en alguna?
- Pues he mirado posibles y existen varias en las que me gustaría ingresar, la DER de la que han salido los mejores deportistas de la ciudad y la VN, pero en esta última no creo que me acepten.
-¿Por qué?
- Porque es una hermandad muy selecta y solo las mejores y más influyentes personas han conseguido entrar, ningún becado.
-Ya verás como podrás lograr lo que desees.
-No sé porqué os coméis tanto la cabeza con eso de las hermandades. Son solamente un grupo de snobs con prejuicios que se reúnen para sacar los defectos que ven en ellos mismos atribuyéndoselos a los demás. – Morgan era una persona muy introvertida y no veía bien que un grupo de personas marginaran a otras por no reunir ciertas cualidades.
-Claro Morganita, sin mencionar que todos ellos son un grupo de licántropos y brujas asesinas que solo desean chuparte la sangre – se burló su hermano.
-Los que chupan la sangre son los vampiros, idiota – y dándole la espalda se fue a su habitación.
Al día siguiente, Morgan se encerró en su habitación para estudiar el examen de Literatura que tendrían dentro de una semana. Nunca acostumbraba a dejar nada para el último día. En la cocina se oía ruido, su madre estaba preparando la cena y su hermano acababa de llegar con una gran noticia. Su alegría se notaba en el tono de su voz, cada vez más alto. La junta de la hermandad VN lo había preseleccionado para unirse a su hermandad y debería acudir a una reunión con su familia en dos días por la tarde. Sería imposible estudiar hasta pasada la reunión, así que cerro las puertas y ventanas de su cuarto, puso música relajante, un poco alta de volumen y se sumergió en el mundo literario.
-Venga mamá que llegaremos tarde.
-Tranquilo Peter, aún quedan don horas para la reunión.
-Morgan, no asustes a los de la hermandad con tus bobadas sobrenaturales.
-No te preocupes, no quiero estar allí mucho tiempo, cuanto antes consigas lo que quieres antes nos iremos – Peter estaba lo que se llamaba cardíaco.
Con paso decidido se fueron hacia las instalaciones de la hermandad en el campus universitario. Cuando llegaron al edificio en cuestión, Peter empezó a temblar. Era una sensación que estaba entre los nervios y la emoción. Entraron en el vestíbulo donde había un montón de familiares con los nerviosos chicos y chicas candidatos a entrar. La habitación estaba iluminada solamente por candelabros.
-Qué sofisticado – murmuró la madre.
-Qué tétrico – apuntó Morgan.
Le dieron sus abrigos a uno de los chicos de la hermandad, un joven un poco pálido y con el rostro muy serio. Debía estar enfermo porque no tenía muy buena pinta. Cuando el líder de la hermandad salió a recibirlos, Peter dio un brinco y estrechó con demasiada fuerza su mano.
-Vaya, menuda fuerza – observó el joven – me llamo Garuk.
-Lo siento – se disculpó Peter – es que estoy un poco...
-Nervioso – acabó su madre la frase – encantada de conocerte.
Una vez dentro del gran hall, Morgan echó un vistazo y vio a Garen, el amigo de la infancia de su hermano también allí reunido. Había sido otro de los elegidos para ingresar en ese grupo tan selecto. Había cambiado con el tiempo y estaba mucho más guapo y corpulento, tanto que Morgan se sonrojó al cruzar la mirada con él.
El resto de la velada fue muy aburrida, charlas de los principios e ideales de la hermandad, presentación de la junta y situación jerárquica de los miembros. Parecía todo muy… de la edad media.
-¿Podemos irnos ya? – hizo Morgan un comentario en voz baja a si misma, con intención de que nadie la escuchara, con lo que se sobresaltó al oir respuesta.
-¿Te aburres? – era Garen.
-Vaya.
-Je je, hola. ¿Aburrida?
-Bueno… - vaciló un poco, aún estaba un poco abochornada – la verdad es que sí. Estas cosas no me van.
-Ya imagino. Siempre has sido amiga de la soledad, ¿eh?
-Bueno, yo no diría de la soledad, solo que no me gusta esto, no se, lo veo raro.
-¿Raro? Si es la mejor hermandad de la universidad.
-No lo se, es demasiado clasista, demasiado… estirada. Nada, es igual, cosas mias.
-Bueno, me alegro de verte de nuevo, y más guapa que antes.
Después de decir esto y dejar a Morgan más roja que la misma sangre, se alejó hacia un grupo de estudiantes noveles en la hermandad.
Ya en casa, después de cenar, Morgan se fue a la cama. Estar en ese sitio la había cansado demasiado, era como si el edificio fuera un succionador de energía, aunque para ella, todos los sitios que no le gustaban era uno. Tan cansada estaba que se durmió en seguida. Se adentró en un profundo sueño. Todo iba bien, ella se encontraba, como siempre, en un bosque leyendo una de sus novelas cuando, de repente, el sueño cambió, no era como siempre. Una niebla invadía el bosque, haciendo desaparecer el libro y poniendo en su lugar una copa llena de sangre, en vez de vaqueros llevaba un vestido blanco manchado de sangre y la coleta del pelo le había desaparecido. Tiró la copa al suelo y echó a correr sin saber a donde iba, solo quería huir de aquella voz que le susurraba su nombre.
Continuará…
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